Tailandia está preparada para regular su floreciente industria del cannabis a través de la legislación, potencialmente dejando de lado los planes para revertir la histórica política de despenalización del país. Este desarrollo tiene como objetivo aliviar las tensiones dentro de la coalición gobernante.
Planes legislativos en marcha
Durante un anuncio reciente, Anutin Charnvirakul, líder del Partido Bhumjaithai, declaró que el gobierno discutiría un proyecto de ley para regular la industria del cannabis y los usos más amplios de la planta. Los partidos políticos también pueden presentar sus versiones del proyecto al parlamento junto con la propuesta de Bhumjaithai.
Este enfoque regulador podría detener el controvertido impulso del Primer Ministro Srettha Thavisin para prohibir el cannabis, para alivio de muchos cultivadores, dispensarios y usuarios en Tailandia que habían anticipado una medida para reclasificar el cannabis como narcótico para el próximo año.
"Agradezco al Primer Ministro por considerar esto y decidir sobre la legislación", dijo Anutin a los reporteros después de una reunión con Srettha y el Ministro de Salud Pública, Somsak Thepsuthin. Un grupo de defensa, Writing Thailand’s Cannabis Future, expresó su gratitud a Bhumjaithai por "proteger la política de cannabis."
El grupo había organizado una protesta cerca de la Casa de Gobierno contra los planes de recriminalización, con un miembro incluso hospitalizado después de una huelga de hambre.
Tensiones gubernamentales y dinámica de la coalición
A pesar de este aparente acuerdo sobre la regulación, el Ministro de Salud Pública, Somsak, aclaró que la propuesta de proyecto de ley del ministerio para reclasificar el cannabis como narcótico permanece sin cambios. Anutin, miembro de la Junta de Control de Narcóticos, se ha comprometido a votar en contra de cualquier reclasificación de la droga.
El desacuerdo sobre la política de cannabis ha resaltado las fallas políticas dentro de la coalición gobernante, formada después de las elecciones generales de 2023. El Partido Bhumjaithai, que hizo de la despenalización del cannabis una parte clave de su campaña electoral de 2019, jugó un papel significativo en hacer de Tailandia el primer país en Asia en despenalizar el cannabis en 2022.
En contraste, el gobernante Partido Pheu Thai ha mantenido una postura dura contra las drogas, citando preocupaciones públicas sobre la proliferación de dispensarios de marihuana y el uso recreativo por parte de los jóvenes.
Cambios recientes en la política
A principios de este año, el gobierno propuso un proyecto de ley para regular la industria del cannabis, prohibiendo explícitamente el uso recreativo para abordar las preocupaciones de la sociedad civil. Sin embargo, meses después, Srettha anunció planes para reclasificar el cannabis como narcótico de "categoría cinco" a partir de 1 de enero del próximo año, criminalizando su cultivo, posesión y consumo.
El último cambio en la política siguió a una reunión de fin de semana entre Thaksin Shinawatra, considerado el líder de facto del partido gobernante, y Anutin en el resort de golf de este último.
Anutin negó que las discusiones políticas influyeran en la decisión de Srettha. Ha ganado influencia recientemente, respaldado por la elección de un nuevo Senado, con muchos miembros con vínculos con su partido Bhumjaithai. Cuando se le preguntó sobre las incertidumbres futuras con respecto a la política de cannabis, Anutin declaró: "Esta es también la directiva del Primer Ministro."
Perspectiva personal
En mi opinión, la decisión de regular en lugar de recriminalizar el cannabis en Tailandia refleja un enfoque pragmático de un problema complejo. Reconoce los importantes beneficios económicos y el apoyo público a la industria del cannabis, mientras aborda las preocupaciones sobre su mal uso.
Esta estrategia equilibrada podría servir como modelo para otros países que enfrentan desafíos similares. Observar este drama político en desarrollo ha subrayado la importancia de una elaboración de políticas matizada en un panorama social en rápida evolución.