En una reveladora encuesta nacional realizada por ILRES para el Ministerio de Salud de Luxemburgo, casi la mitad de la población adulta del país declaró haber probado el cannabis en algún momento de su vida.
Esta cifra —46,3 %— pone de manifiesto cuán presente se ha vuelto el cannabis en la sociedad luxemburguesa, a pesar de los tabúes persistentes y los recientes cambios regulatorios. La encuesta, realizada en línea con 3.115 participantes en octubre de 2023, ha abierto nuevas conversaciones sobre la eficacia de las políticas actuales y la percepción ciudadana.
La legalización no ha provocado el aumento en el uso que algunos temían.
Desde que la reforma de 2023 en Luxemburgo permitió a los adultos cultivar hasta cuatro plantas de cannabis por hogar, muchos anticipaban un fuerte incremento en su uso. Sin embargo, el aumento esperado no se ha producido.
Solo el 14,2 % de los encuestados afirmó haber uso cannabis en el último año, y apenas el 7,8 % lo hizo en el último mes. Estas cifras indican que, si bien la curiosidad y el uso en el pasado siguen siendo altos, el uso reciente o frecuente es menos común de lo que temían los críticos del cambio legal.
El autocultivo: una práctica minoritaria, aunque legal
La opción de cultivar cannabis en casa de forma legal ha tenido una aceptación limitada. Entre quienes han uso recientemente, solo el 11,5 % declaró haberlo cultivado por su cuenta. De este grupo, la mayoría comenzó a hacerlo después del cambio legal.
Sus motivaciones se centraron principalmente en la responsabilidad personal: conocer el origen del producto, reducir la dependencia del mercado ilegal y controlar los costes.
Quienes cultivan en casa también valoran la comodidad y la percepción de seguridad de su propio suministro. No obstante, esta práctica también ha traído retos. Se expresaron preocupaciones sobre la dificultad del cultivo, la posible exposición a menores y si un acceso más fácil podría influir en un aumento del uso en grupos vulnerables.
Opiniones diversas indican la necesidad de una educación equilibrada
Lo que esta encuesta demuestra, en definitiva, es la variedad de actitudes públicas hacia el cannabis en Luxemburgo. Aunque el uso histórico es elevado, el uso reciente es más moderado.
La legalización no ha cambiado significativamente los hábitos generales de uso, pero sí ha permitido que una pequeña parte de la población se aleje de las fuentes ilícitas. A la vez, las percepciones sobre salud pública varían mucho, a menudo en función de experiencias personales.
Perspectiva personal
Al analizar los resultados de esta encuesta, me hizo reflexionar sobre cómo evolucionan las normas sociales. Los pasos prudentes pero decididos que ha dado Luxemburgo hacia la legalización reflejan una sociedad que prueba nuevos límites mientras busca mantener la salud y la seguridad colectiva.
El hecho de que casi la mitad de la población haya probado el cannabis es revelador; no solo por el interés en la sustancia, sino por la posible disminución del estigma que la rodea.
Desde el punto de vista periodístico, considero que este es un momento cultural importante. Los datos no indican una crisis ni un motivo de celebración, sino que señalan la necesidad de observación continua, diálogo abierto y, sobre todo, educación basada en información verificada.
Más allá de estar a favor o en contra de la liberalización de las leyes sobre el cannabis, está claro que el país sigue una vía que busca equilibrar la libertad individual con la responsabilidad social.