Nixon admitió que el cannabis no es peligroso en cinta recién descubierta
En una sorprendente revelación de grabaciones desenterradas de la Casa Blanca, el expresidente de EE.UU. Richard Nixon admitió que el cannabis "no era particularmente peligroso", una declaración que contrasta claramente con las políticas que promovió durante su administración.
Los comentarios de Nixon ofrecen nuevas perspectivas sobre las motivaciones detrás de la clasificación prolongada de la marihuana como una sustancia de la Lista I, una decisión que ha tenido impactos duraderos en la política de drogas de EE.UU.
Postura contradictoria de Nixon sobre el cannabis
El descubrimiento de esta grabación en 2024 arroja luz sobre los pensamientos íntimos de Nixon sobre la marihuana, incluso cuando su administración defendía públicamente un enfoque estricto en la aplicación de la ley antidrogas. La Ley de Sustancias Controladas de 1970, firmada por Nixon, colocó al cannabis en la categoría de drogas más estricta, equiparándolo con la heroína y el LSD.
La clasificación de la Lista I denota sustancias con un alto potencial de abuso y sin uso médico aceptado, lo que hace que los comentarios privados de Nixon sobre la relativa seguridad de la marihuana sean aún más sorprendentes.
La administración de Nixon libró lo que se conoció como la Guerra contra las Drogas, con la marihuana a menudo en el centro de estos esfuerzos. Este conflicto entre sus opiniones personales, ahora reveladas, y las políticas públicas que implementó plantea importantes preguntas sobre las motivaciones políticas detrás de leyes tan severas sobre las drogas.
Implicaciones para la legislación moderna sobre la marihuana
A medida que los debates sobre la legalización y despenalización del cannabis continúan creciendo en los Estados Unidos, los comentarios de Nixon podrían desempeñar un papel en la reformulación de la conversación.
Hoy en día, la marihuana está legalizada para uso recreativo o médico en más de 20 estados, y la opinión pública ha cambiado drásticamente, con una mayoría de estadounidenses apoyando la legalización. Sin embargo, las leyes federales siguen siendo en gran parte las mismas, y el cannabis sigue clasificado como una droga de la Lista I.
El descubrimiento de la cinta llega en un momento en que el Congreso está lidiando con múltiples proyectos de reforma del cannabis. Por ejemplo, el Comité de Seguridad Nacional y Asuntos Gubernamentales del Senado está revisando actualmente la “Ley DOOBIE,” que busca evitar que las personas sean excluidas de empleos federales o autorizaciones de seguridad debido a su uso pasado de marihuana.
Estos esfuerzos legislativos reflejan un reconocimiento creciente de que las leyes sobre cannabis pueden no alinearse con el entendimiento científico actual o con el sentimiento público.
Desafíos legales y perspectivas futuras
Si bien la admisión personal de Nixon puede no influir directamente en las batallas legales actuales, sí destaca las discrepancias continuas entre las políticas federales y las opiniones emergentes en la sociedad.
Los esfuerzos de Nebraska por impulsar iniciativas de cannabis medicinal, junto con acciones similares en Pensilvania y otros estados, reflejan un cambio más amplio hacia la reconsideración del papel de la marihuana en la sociedad. Sin embargo, desafíos legales, como los presentados en Nebraska por presunto fraude en las peticiones, continúan retrasando el progreso, manteniendo a los defensores de la reforma en alerta.
Mientras tanto, varios estados, incluido California, están inmersos en disputas legales sobre las regulaciones del cáñamo y del CBD. El reciente movimiento de California para prohibir productos de cáñamo con cualquier rastro de THC ha generado demandas, complicando aún más el panorama legal.
La tensión entre las leyes federales y estatales sobre el cannabis sigue siendo un problema significativo, uno que probablemente persistirá hasta que se promulgue una reforma federal.
Perspectiva personal
La revelación de que Nixon reconoció en privado la relativa seguridad de la marihuana es tanto fascinante como preocupante. Es asombroso pensar que, a pesar de conocer la verdad, las motivaciones políticas pudieron haber impulsado una de las políticas de drogas más duraderas y punitivas en la historia de Estados Unidos.
Sin duda, plantea la cuestión de cuán diferente podría haber sido el panorama legal y social si la postura pública de Nixon hubiera estado alineada con sus opiniones privadas.
Como alguien que sigue de cerca los desarrollos en la política sobre el cannabis, este descubrimiento se siente como un momento crucial. Ofrece una rara visión de las maniobras políticas detrás de leyes sobre drogas que han afectado a millones de vidas.
En mi opinión, esta nueva información debería alentar a los legisladores a revisar regulaciones obsoletas y dañinas, alineándolas más estrechamente con la evidencia científica actual y los valores de la sociedad.